© Cuadernos de Jazz, octubre-2011

Laura Furci Imprimir E-mail

Jerez de la Frontera (Cádiz), 6 de octubre de 2011

Cantante y pianista italiana afincada en el área de Cádiz, el pasado mes de junio residió en Nueva York y grabó y colaboró con David Binney y músicos del entorno del saxofonista como John Escreet o Jacob Sacks, de quien recibió clases de piano.

 


En su obra, en la que tienen un gran peso la composición y las letras, instrumento y voz se expresan de un modo poco común al mundo del jazz, al de la canción italiana o al de la música clásica. El imaginario creativo que envuelve este recital con piano no muestra sus pespuntes de manera evidente, justo ahí habría que buscar la originalidad de su propuesta. El mundo del romanticismo matizado por el presente, un decurso sujeto a cambios y giros inesperados que impiden al oyente distinguir la estructura y un enfoque en el que el piano se posiciona como principal instigador de la creación, tienen en los sentimientos de fragilidad y frescura dos aliados que impulsan melódica y rítmicamente el mensaje.

¿Declaración de intenciones? Laura Furci, de rigurosa y reconocida carrera clásica, empieza con Chopin. Hasta el final no sabremos que también el compositor polaco será el elegido para poner el punto y final. Principio y fin enmarcan un concierto que continuamente abre ventanas a realidades, antes que a pasados, en los que sofisticación, emoción contenida o incontenible y siempre sutil en el detalle se alían para construir un programa que acaba absorbiendo al oyente. El juego de contrastes, y aquí sí hay una conexión de fuerza entre el apasionamiento y la melancolía románticos, es una de las armas que caracterizan el desarrollo melódico-rítmico con espacios intermedios en suspenso de los temas de Furci. Es su respiración lírica, en perfecta consonancia con el piano, y esos unísonos que el mismo David Binney alabó (“No dejes de hacerlos”), articulados en un discurso de gran poder narrativo y expresivo (de raíces mediterráneas pero también de Broadway en Here's Another Sunny Day), elementos que conjugados en directo y establecidos sobre el papel  aportan cualidades únicas a su estilo.

Canta en español e italiano, pero el idioma que predomina en un concierto siempre generoso en duración y motivos es el inglés. Y como ella misma comenta, “las letras, que son lo último en la composición de las canciones, son tan importantes como la música” para una voz soprano que usa tanto intervalos de levedad y susurros como de extensión y volumen. Si en aquélla  - la letra-  el amor, el desamor, la contemplación de un instante o la metáfora son las musas inspiradoras, en cuanto a ésta -la música- hay que señalar la refinación y la variedad de influencias -más bien clásicas y contemporáneas- que unen cromatismo y segmentos repetitivos (Guillermo Klein) en Not Interchangeable. Chopin es citado de forma literal pero parecía ser tocado por Mehldau. Gershwin (fragmento muy virtuosístico de Rhapsody in Blue seguido de su break lírico con la voz susurrándole al piano) surge en medio de New York, tema que hila varios capítulos y otras tantas influencias de exotismo urbano, personajes y descripciones dinámicas que componen juntas un pequeño relato, en el que Ravel y Prokofiev y ciertos arabescos hispanizados aparecen en un plano exterior que gira hacia el interior gracias al trabajo improvisatorio sobre trémolos.

 

Cierta apreciación de cantautor afincado frente al mar, también intrínseca al que cuenta historias entre una sirena y un minotauro en So Far, so Close (sobre un cuadro de Urmeneta) lo encontramos más claro en A Pink Cloud in the Sea, en el que a modo de inesperado oleaje surgen disonancias y motivos oscuros que al mismo tiempo parecen tomados del mundo hímnico de Radiohead o del piano romántico. A falta de respuestas a una mujer que constantemente busca, decidió escribir Live the Question, que no es otra cosa que puro existencialismo con dosis de relajación. En Future se perfilan con claridad las figuras de trazo corto y el pulso rápido y repetitivo en contraste con los tiempos lentos y las alturas en notas alargadas. Los unísonos aquí, entre voz y mano derecha, se muestran imprescindibles en un argumento expositivo que mantiene lazos misteriosos entre seducción y tensión anímica.

Además de esa especie de meddley que es New York, destacaríamos dos temas más. Out of Control Zone! es un exigente trabajo de hermosa construcción entre rupturas que pide todos los recursos vocales y pianísticos y que aúna patrones rítmicos con desenvoltura melódica de manera brillante. En el otro, Love`s Secret, toma como referente literario a William Blake (de nuevo el romanticismo) y el mensaje, como el poema, se concentra y repliega sobre sí usando la línea de bajos para dar mayor rotundidad – gravedad- a las palabras, mientras la mano derecha dibuja figuras gráciles.

En cuanto al uso de standards, Furci hace un uso restringido y agrupado de ellos. Fundamentalmente incorpora temas -otra nota discordante- de la canción italiana en masculino (Paolo Conte o Fred Buscaglione), también se mantiene discretamente alejada de los tópicos de la bossa (si el público le deja) y del repertorio jazzístico (al menos en este concierto). Si vimos que incluso Paolo Conte ve desnaturalizado su muy varonil mensaje (Via con me) en vuelos líricos y arpegios que emparejan el stride y el swing característico del músico con la ornamentación circular en varias líneas en la derecha (otra vez Mehldau), esta disposición también la encontramos en la ya citada So Far, so Close, una canción que rompe con dicho formato.

En resumen, Laura Furci no usa un hilo conductor aparente en su discurso. La variedad y refinación con la que va tejiendo su música, esas fugas y contrastes tan limpios como inesperados y esos motivos temáticos sobre lugares, amor y momentos, confieren un argumento narrativo a una exposición en la que quedan sustantivadas sus raíces clásicas  e italianas, la salinidad del sur andaluz con ribetes árabes y una construcción moderna y cambiante al piano (los unísonos) con la que crea ambientes y segmentos repetitivos que nos conducen hasta el presente en Nueva York.

Texto: Jesus Gonzalo
Fotos: Alvaro Caifa

Cuadernos de Jazz - Octubre 2011

 

Link directo a la Revista Cuadernos de Jazz: http://www.laurafurci.com/2011/10/12/cuadernos-de-jazz-octubre-2011/#permalink

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